sábado, 28 de septiembre de 2013

MELINE


De un relato inédito


El reloj de la habitación de Meline marcaban las seis y media cuando se despertó. El sueño logró vencerla mientras examinaba con más detenimiento aquella caja de cristal que había encontrado en la catedral esa misma mañana. No se atrevía a abrirla, es más, ni se atrevía a tenerla entre sus manos.
-¡Elina! –exclamó frotándose los ojos- Tendría que haberla llamado –dijo mientras buscaba entre los papeles de su escritorio el teléfono-. ¡Aquí está!
Marcó el número. Uno, dos, tres, cuatro, y al quinto pitido el contestador saltó. Intentó llamarla de nuevo, pero el contestador volvió a saltar. La chica suspiró agobiada. Se disponía a marcar por tercera vez su número cuando Blake, su hermano de trece años, la llamó desde abajo. Meline bajó aún con el teléfono en la mano y se dirigió a la cocina. Abrió el frigorífico, tal y como había hecho antes de dormirse, buscando algo de lo que comer, con la esperanza de que hubiese aparecido algo mágicamente.
-Ayúdame a poner la mesa, floja –Blake arrojó un cojín a Meline, mientras ésta buscaba atentamente algo que bien sabía que no había-. El abuelo ha ido a casa de la vecina un momento, y Adams hoy volverá tarde de trabajar, así que no tardaremos en cenar.
-¿Que te ayude? –se recostó en el marco de la puerta para mirar a su hermano, tumbado en un sillón-. Oh, sí –cerró el frigorífico con un golpe sordo-. Ya veo y siento la necesidad de mi ayuda en tu costoso y agotador trabajo, hermano.
Blake la miró enarcando una ceja. Se encogió de hombros y siguió cambiando de canales sin echar realmente cuenta a lo que veía. 
- Levántate y ayuda -Meline sonó alarmantemente calmada... lo que asustó a su hermano. 

Mari Carmen Armenteros García

1 comentario:

  1. A ver si un día e animas a ponernos un relato entero. ¡Nos dejas siempre intrigados! Besos.

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