lunes, 29 de abril de 2013

AUNQUE TODO SE VUELVA GRIS


                                Aunque todo se vuelva gris
                                y pienses que no vas a volver a ver el sol.
                                Aunque no sepas como seguir
                                y pienses que no hay solución.
 
                                Aunque lo único que quieras es llorar,
                                sigue adelante y no mires atrás,
                                porque siempre hay calma
                                después de la tempestad.
 
                                Sigue adelante y no mires atrás,
                                porque solo así,
                                podrás volver a empezar.

Patricia Barrera López

viernes, 26 de abril de 2013

SEMANA APASIONADA



Fuiste prisionero de los romanos
por ese mal beso de Judas,
aquel que te traiciono.
Te caíste tres veces y te levantaste,
te azotaron
y te maltrataron.
Llorabas callado.
Te abofetearon y escupieron,
todo por culpa de los hombres,
los que somos pecadores.

Pero el miedo viene de antes:
en la cena ya lo anunciaste.
A pesar de todo lo que te hicieron,
los perdonaste.
Te pusieron como rey,
Cosa que no tenía por qué ocurrir.
Sólo ayudabas a la gente
y las salvaste de su muerte.
Desde el Domingo de Ramos,
en que entraste en tu pueblo,
hasta rezar en el monte
llevaste este sufrimiento
de que Judas algo esconde.
Aquel que te vendió
por treinta monedas
no tenia perdón de Dios,
pero, en cambio, se ahorcó.

Tu madre María sufrió,
pero creyó en ti
y en tu padre Dios.
Tú sabias lo hacías,
por tu Padre diste la vida
sabiendo todo lo que sufrirías.
Como te dijeron:
- Si Tú eres el Salvador, sálvate.
No lo hiciste,
esperaste y sufriste.
Fuiste valiente y bondadoso,
diste tu vida por nosotros.
Te dieron una cruz
y el Cirineo te ayudo.
No tenias culpa de nada,
sólo nos enseñaste a amar
y a creer en los demás.

Esa cruz de madera
te hizo caer.
Te levantaste
y, con todo el dolor,
llegaste al monte de tu crucifixión.
Cuando te crucificaron
y coronaron,
se reían de ti.
Nadie creía en tu Resurrección.
Perdonaste a uno de los ladrones,
crucificado a tu lado.
Tu familia lloraba,
mientras Pedro te negaba.
El cielo oscureció y grito a su Padre
y terminó su dolor.
Murió.

Cuando dieron el permiso de tu sepultura,
te bajaron de la cruz.
A los tres días,
tu sepulcro abierto y tu cuerpo desaparecido.
Tu madre vio
que su hijo
resucitó.

Cuando todo esto pasó,
ellos, arrepentido,s dijeron:
- Era verdad. Él es el Hijo de Dios.

Iris Ruiz Valero

miércoles, 24 de abril de 2013

REALIDAD O FANTASÍA


Seguridad:
es lo que siento cuando
estoy a tu vera.
Sé que no me vas a hacer nada,
aunque me mueva.
Y, si alguien intenta hacerme daño,
tú estarás ahí para pararlo.
 
Con tus ojos,
me hipnotizas;
con tu boca,
me derrites;
y, con tus manos,
haces magia
y me llevas a distintos mundos.
En ellos
soóo hay fantasía:
tu palabra y la mía.
Si te tumbas
y miras al cielo,
hay recuerdos escritos en nubes
con forma de corazón.
 
Te quiero
y lo hago.
¿Me quieres?
Lo dudo,
pero no quiero estropear
los mejores momentos.
Todo es tan bonito
que paso de despertar
en el mundo de traición,
en el que soóo hay mentiras y cobardía.
Una persona cobarde
tiene miedo y lo paga con los débiles.
Pero, cuando ellos se rebelan, se esconden.
 
Son cobardes
y no tienen otro nombre.

Iris Ruiz Valero

lunes, 22 de abril de 2013

YO NACÍ SEVILLANO



Así soy, así somos. Sevillanos, ¿por qué? Sevilla nos eligió, para ser sus paisanos.
 
Yo nací sevillano, como el suspiro lejano y angosto, de la judería arrinconada, y el moro olvidado.
 
Yo nací sevillano, que no apuesto, como aquella mujer observadora y presumida, en repique de alegría, Giralda nuestra, Giralda mía.
 
Yo nací sevillano, entre capote y albero, entre montera y Maestranza, entre estoque y torero.
 
Yo nací sevillano, como el Sol que nos da bronce, y que a su vez se nos oculta, oscureciendo nuestros sueños. Pero es el Sol de Sevilla, que hace cantar y gorjear a los risueños vencejos y hace honor reluciendo el oro de la torre, alzada a la vera del resplandeciente río.
 
Yo nací sevillano, tembloroso como el rocío de una mañana escarchada, en los tristes arbustos y hojas del Parque, reflejándose tímidamente en un charco asustado y escondido.
 
Yo nací sevillano, con Triana y sus “quejíos”, a las orillas mansas de la cava gitana, del cante profundo y desgarrado, del Dios expirante y la Esperanza capitana.
 
Yo nací sevillano, cofrade y devoto, del guardián de las promesas y miradas, en una mañana oscura, de silencio roto por su andar, auténtico y sentido.
 
Pero si, realmente, nacimos sevillanos, como el naranjo en flor que ha brotado y llorado a su paso, es por Ella.
 
Por su gracia eterna, por su mirada única. Por la pena que sonríe.
 
Por eso somos de Sevilla,
requiebro y llanto incontrolado.
Gracias, Macarena,
por hacernos sevillanos.

Manuel Lamprea Ramírez

viernes, 19 de abril de 2013

ANGELITOS



Los angelitos juegan con las nubes
y duermen sobre ellas.
Vuelan, hasta hacerte compañía.
Tú no los ves,
pero te guardan todo el día.

Según mi abuela,
soy su angelito de dulce compañía,
porque no la desamparo ni de noche,
ni de día.

Son buenos amiguitos,
ya, que cuando lloras,
son los que te dan besitos,
pero tú no los notas.
Tienen un pequeño ejército,
que te protege
de caídas o porrazos;
reparten toda su dulzura
en cuidarte;
y te dan besos de buenas noches.
Saben tus problemas y disgustos.

Este es el angelito bueno
que vuela por ti
noche y día.
Todos los ángeles tienen una hondonada
donde saben si eres bueno o malo.

No me considero un ángel,
pero me gusta ayudar a la gente.
Casi toda mi familia
le dice a mis padres:
"Qué buena suerte. Habéis tenido
a un ángel caído del cielo".

Iris Ruiz Valero

miércoles, 17 de abril de 2013

SER TU TESTIGO



Quiero ser testigo
de tus miradas,
de tus sonrisas
y de tus besos.
Quiero ser testigo
de tus tonterías,
ayudarte en lo malo,
guiarte en lo bueno.
Dibujar mis deseos sobre tu cuerpo
en cada minuto del día,
soñando despierta
de aquello que escribas,
nadando a tu lado
y hacer payasadas.
Jugar en la arena
y volver a la playa...
Gritar al cielo
todo lo que te quiero
y seguir escribiendo.

Sueño, noche y día
que, sin ti, no sé qué haría.

Iris Ruiz Valero

lunes, 15 de abril de 2013

SÓLO CONTIGO



Nuevamente te escribo
para decirte
que todas las poesías de amor
tienen un nombre y una cara.
Todas llevan tu nombre
escrito entre palabras
y, cuando las leo,
me aparece tu rostro en el folio.
Siempre te quise
y, como digo,
intenté olvidarte,
pero no lo conseguí.
Nunca me di cuenta
de que estaba enamorada de ti.
Pensé que quería a otro,
estaba triste y dejé de escribir,
pero llegué a la conclusión
de que tú pintabas mi cielo azul,
tú sacabas la luz de mis días,
tú haces que los pájaros canten,
haces que mis mañanas sean más alegres
y que cada mañana sea más feliz.
Lloré y sabes que lo hice por ti,
pero no imaginas lo mucho que te quiero.
Más que recorrer el numero 8:
está cerrado
y no hay salida.
Recorre siempre lo mismo,
pues igual te amo.
No me importa nada
ni nadie,
sólo si estás conmigo,
porque, sin ti, 
no puedo vivir,
Seria capaz de regalarte 
un beso en la boca
y no me arrepiento.
Todo encaja.
Te quiero decir 
que no me importa ser tuya.
Daría mi vida
si te fueras,
sólo por volver a verte.

Iris Ruiz Valero

viernes, 12 de abril de 2013

MAMÁ



Mamá solo hay una:
la que te advierte,
la que te consiente.
Siempre está detrás tuya,
por aquí o por allá.
Siempre te saca la verdad.
Son dulces.
Y son las que lloran
cuando estás enfermo para que sanes.

Nosotros no conocemos
y queremos salir de este nido
y ellas te advierten:
“Cuidado,
que no sabes volar
y te caerás”.
Cierto.
Haz caso.
Yo siempre he intentado volar,
pero acabo llorando
porque me estampo.
Yo estoy en medio,
yo ya sé volar,
pero siempre miro hacia atrás
cuando no hay que mirar.
Ese muro que no te deja escapar
es el que tengo que saltar.
Ella vuelve a avisar:
"Ten cuidado, que te lo comerás".
Te da impulso
y, cuando subes ese muro,
no puedes bajar.
Ella te lo explicó.
Tñu te tiras y "pon”...
Acabas llorando y diciendo:
“Tenias razón:
todo por no acabarte de escuchar”.
O, si no es así, por lo menos esto
es lo que me pasa a mi.

Esta poesía
lleva nombre, Meli,
por como todos conocen a mi madre.
No sé cómo lo hará,
pero siempre sonríe,
aunque se encuentre mal.
Espero que te guste este regalo,
porque esto de la escritura
no está muy valorado.
Bueno,
con todo esto quiero decirte
que te quiero,
y que madre solo hay una,
pero, como la mía, 
ninguna.

Iris Ruiz Valero

miércoles, 10 de abril de 2013

COMPARTIR EL LLANTO



No puedo decirte que no,
porque te quiero demasiado.
Todo está relacionado.
Sabes que no puedo decirte que no
y me pides de todo.
Yo te lo doy
como tu amiga que soy.
Pero, cuando te veo llorar,...
lo paso fatal.
Haría lo que pudiera
por volver a ver tu sonrisa,
pero no puedo hacer nada,
porque, por lo que lloramos,
está relacionado:
Abuelos.

Aquellos que se fueron
y que veremos cuando no estemos,
cuando seamos estrellitas
que no paremos de brillar
junto a ellos.
A nuestros abuelos.

Cuando hablan de ellos,
me muero y lloro por ellos,
y más si compartimos sentimientos.
Llorar junto a ti
por ellos:
los que se fueron.

Ese día estaba muerta de pena,
pero, a la vez, estaba feliz.
Estaba junto a ti
y eso no se acaba ahí.
En el mismo llanto descubrí
que ellos son nuestras debilidades...
¿y qué hago?,...
si los dos cambiaríamos
un ratito de nuestras vidas
por abrazarlos y estar con ellos.

Pero ya los veremos
cuando vayamos
con ellos.


Iris Ruiz Valero

sábado, 6 de abril de 2013

AL ESCRIBIR



                                 Lo que siento al escribir
                                 es un sentimiento,
                                 al que le cojo gusto.
                                 Cuanto más vivo,
                                 más escribo.
                                 Me doy cuenta
                                 de que todos mis sueños
                                 los convierto en poesías.
                                 Todos mis chistes riman
                                 y, lo que más me gusta
                                 es cuando hablo
                                 y, a la vez pienso
                                 en aquellas personas queridas
                                 que ya se fueron.
                                 Cuando las recuerdo
                                 me sale esto:
                                 “Sé que no estás,
                                 que no me puedes ayudar,
                                 pero sé que tu estrellita
                                 está ahí.
                                 Siempre brillará y nunca se apagará...”.
                                 Siempre, o casi siempre,
                                 me salen rimas,
                                 pero son únicas.
                                 Y, por mucho que intente volver a sacarlas,
                                 no salen.
                                 Pero sé que están ahí dentro
                                 y, cuando no tengo dónde escribir,
                                 vuelven a salir.
                                 Son como coincidencias,
                                 o quizás casualidad,
                                 pero, en el momento en que no puedo copiar,
                                 siempre me suele pasar.
                                 Bueno,
                                 aquí pararé ya
                                 que, o si no, nunca acabará.

Iris Ruiz Valero