lunes, 22 de abril de 2013

YO NACÍ SEVILLANO



Así soy, así somos. Sevillanos, ¿por qué? Sevilla nos eligió, para ser sus paisanos.
 
Yo nací sevillano, como el suspiro lejano y angosto, de la judería arrinconada, y el moro olvidado.
 
Yo nací sevillano, que no apuesto, como aquella mujer observadora y presumida, en repique de alegría, Giralda nuestra, Giralda mía.
 
Yo nací sevillano, entre capote y albero, entre montera y Maestranza, entre estoque y torero.
 
Yo nací sevillano, como el Sol que nos da bronce, y que a su vez se nos oculta, oscureciendo nuestros sueños. Pero es el Sol de Sevilla, que hace cantar y gorjear a los risueños vencejos y hace honor reluciendo el oro de la torre, alzada a la vera del resplandeciente río.
 
Yo nací sevillano, tembloroso como el rocío de una mañana escarchada, en los tristes arbustos y hojas del Parque, reflejándose tímidamente en un charco asustado y escondido.
 
Yo nací sevillano, con Triana y sus “quejíos”, a las orillas mansas de la cava gitana, del cante profundo y desgarrado, del Dios expirante y la Esperanza capitana.
 
Yo nací sevillano, cofrade y devoto, del guardián de las promesas y miradas, en una mañana oscura, de silencio roto por su andar, auténtico y sentido.
 
Pero si, realmente, nacimos sevillanos, como el naranjo en flor que ha brotado y llorado a su paso, es por Ella.
 
Por su gracia eterna, por su mirada única. Por la pena que sonríe.
 
Por eso somos de Sevilla,
requiebro y llanto incontrolado.
Gracias, Macarena,
por hacernos sevillanos.

Manuel Lamprea Ramírez

1 comentario:

  1. El maestro Rafael24 de abril de 2013, 0:43

    Muy bien, Manuel. Preciosa forma de reivindicar tus raíces. Enhorabuena y sigue dando caña...

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