viernes, 12 de abril de 2013

MAMÁ



Mamá solo hay una:
la que te advierte,
la que te consiente.
Siempre está detrás tuya,
por aquí o por allá.
Siempre te saca la verdad.
Son dulces.
Y son las que lloran
cuando estás enfermo para que sanes.

Nosotros no conocemos
y queremos salir de este nido
y ellas te advierten:
“Cuidado,
que no sabes volar
y te caerás”.
Cierto.
Haz caso.
Yo siempre he intentado volar,
pero acabo llorando
porque me estampo.
Yo estoy en medio,
yo ya sé volar,
pero siempre miro hacia atrás
cuando no hay que mirar.
Ese muro que no te deja escapar
es el que tengo que saltar.
Ella vuelve a avisar:
"Ten cuidado, que te lo comerás".
Te da impulso
y, cuando subes ese muro,
no puedes bajar.
Ella te lo explicó.
Tñu te tiras y "pon”...
Acabas llorando y diciendo:
“Tenias razón:
todo por no acabarte de escuchar”.
O, si no es así, por lo menos esto
es lo que me pasa a mi.

Esta poesía
lleva nombre, Meli,
por como todos conocen a mi madre.
No sé cómo lo hará,
pero siempre sonríe,
aunque se encuentre mal.
Espero que te guste este regalo,
porque esto de la escritura
no está muy valorado.
Bueno,
con todo esto quiero decirte
que te quiero,
y que madre solo hay una,
pero, como la mía, 
ninguna.

Iris Ruiz Valero

1 comentario:

  1. Tu madre debe de sentirse felicísima de tener una hija como tú. ¡Genial poema!

    ResponderEliminar