Escribía yo una historia de amor sin comienzo,
sin tinta ni expresividad temblorosa,
sin saber cómo lo
entenderías.
¿Qué escribir? ¿Que te quiero?
Ya hubo otros que lo
hicieron.
Yo escogeré palabras fáciles, y a la vez ininteligibles,
borrosas, para que sepas cómo me siento.
Dejé mi carta en tu corazón rebosante y esperé tu
respuesta.
La mirabas y parecía que la releías.
Pero no. Parabas y esperabas a que tus lágrimas cayeran en
tu pecho…
Y me fundiste.
Hacía frío, pero un abrazo fuerte y decisivo
me
fundió.
Y sigo con mis cartas.
Fáciles y difíciles.
Con tinta, pero
sin lágrimas.
Manuel Lamprea Rámírez
Escría yo un nuevo poema magnífico y lleno de tensión lírica... Enhorabuena Manuel. Sigues creciendo.
ResponderEliminarEsta poesía me ha gustado mucho me he sentido identificada con una frase que as escrito. Solo te digo que se convierte en una de mis preferidas. A seguir escribiendo y muchas felicidades.
ResponderEliminarDe igual manera, valoro tus composiciones en verso como en prosa, pero cuando dejas a un lado la difícil tarea de rimar y utilizas toda tu expresividad sin ataduras rítmicas, es cuando más consigues emocionarme. Emoción y estremecimiento por todos lados.
ResponderEliminarFelicidades, Pirraquillo.