Un chiquillo caminaba
por su mente sin contestar
a sus preguntas calladas
por el amor y la verdad.
Hablaba con sus amigos
de cuando él no era feliz.
porque, cuando yo lo conocí,
no quería estar contigo.
Un día, un ángel se mostró
por la sombra del chiquillo,
y junto a él aterrizó
en su corazón dolorido.
El chiquillo preguntó:
¿Qué vas a hacer con tus alas?
Curioso, el ángel respondió
que sus ojos lo enamoraban.
Pintaste mi corazón
del blanco y negro al color,
rojo furia y de pasión,
dulce llama del amor.
Mírame a los ojos
y dime cuál es tu cielo.
Allí estaré yo
tras tu suave y lindo pelo.
Yo no pienso en perderte,
sea cual sea el motivo.
Sea por la ciega muerte
o no vea tu amor perdido.
Que sepáis todos por mí
que el ángel de esta historia
y el chiquillo de este cuento
caminan libres hacia el viento
y grito mi amor por ti.
Manuel Lamprea Ramírez
Otra vez diste en el clavo, hijo, sobre la base de un poema tuyo anterior. Enhorabuena por superarte continuamente. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuy bonita Manu. ^.^
ResponderEliminarBy: Sara :P
Muy bien manu
ResponderEliminareres un fenómeno : )
Sigue así
Muchas gracias a todos, que sois los que realmente me ayudais. Un abrazo.
ResponderEliminarGrande como siempre, Manuel. Siempre es preferible el amor al rencor y además, te pegan más estos temas, hijo. Felicidades por otro extraordinario poema.
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