Despertó mi sien
con el sueño de verte.
Busqué en mi delirio,
pero mi cabeza
tamborileaba a la deriva.
Quería ir por ti,
pero mi cuerpo
no reaccionaba.
Mis dientes chocaban
con intensidad,
y el frío recorría
mi espalda, incansable.
Una piedra punzante
molestaba mi garganta,
Y el calor
me hacía sudar.
Pero allí estabas tú,
esperando
mi recuperación.
Allí estabas,
querida amiga…
Te quiero mucho,
caja de Aspirinas.
Manuel Lamprea Ramírez
Me encantan este tipo de poesías donde combinas el tono serio con el humor más desenfadado. Definitivamente, te estás convirtiendo en un maestro de las palabras. Una vez más, mi más sincera enhorabuena, señor poeta.
ResponderEliminarLo mismo digo!! jaja xD, esta poesía me encanto!! :)
EliminarBy:Sara
jaja que bueno el final
ResponderEliminarsigue asi crack.
Patrii:)
Muy bien y con ese final cómico lo cual no lo esperaba ,pensaba en un final trágico o triste ...ja ja ..bueno cualquier final te queda bien ,besos para Sevilla .
ResponderEliminarEsta bien mesut sigue asi me gusta
ResponderEliminarALBERTO
Ya no me engañas. Ya intuyo tus dobles sentidos, y espero esos finales "no esperados". Pero lo que me sigue sorprendiendo es esa capacidad para crear ambientes, ya sean en una despedida amorosa o en un proceso febril. La situación imaginada de ese brazo, intentando salir de la cama, estirándose, tembloroso para coger la medicación, me parece tan real como ocurrente.
ResponderEliminarBuena, Manu.
Vamos a seguir divirtiéndonos.
¡Qué verdad encierra el final de tu poesía!, yo en estos días el amigo que ha estado a mi lado es mi amigo paracetamol. Muy bueno, una poesía con mucho sentido del humor.
ResponderEliminarMe encanta Manu sobre todo el final me a hecho gracia,jeje.Pues que eso que sigas asi me encanta.
ResponderEliminarBy: Blanca:)