Aunque
sea invisible
y no me puedas ver,
yo
siempre te querré.
Buscando
en aquel cajón,
recordé
que siempre serás aquel
que
se llevó mi corazón,
lo rompió
y lo arregló.
Te
amé en mi peor momento
y, por mucho que te quise,
nunca lo supiste.
Hoy
te acaricio la cara,
pero
no me ves.
Como
bien digo
soy
invisible.
Te
susurro al oído: "te quiero",
y tú solo escuchas
los
silbidos del viento.
Crees
que duele que no te acepten,
pero
mas duele
ser
invisible para aquel
que
siempre quisiste.
Lloro,
hablando
con el corazón,
que
es como se entienden las palabras.
Por
eso,
ser
invisible
tiene
una ventaja.
Te
grito: “ Te quiero”
y, al no escucharme,
nunca
sabes lo que pasa.
Algún
día
me
gustaría
hacerme
visible
para
decirte:
“
Te quiero todavía”.
Iris Ruiz Valero
Genial, Iris. El amor sigue siendo una de tus características esenciales. Me encanta. Un fuerte beso y sigue así. Esperamos más de una joven poeta com tú.
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