Mi último suspiro
zarandea tu pelo sin fuerza,
anhelando su vida contigo,
aunque otra vida empieza.
Susurran los árboles para el consuelo,
incansables, al rumor del viento
que anuncia mi muerte sin piedad,
y los rayos a su madre, la tempestad.
Sombras que lucen sus vestidos,
danzando en la oscura luna.
Cabellos negruzcos, amor temido,...
tu voz alegre mi voz busca.
Encharcado el amor del corazón,
mi mano más no alcanza.
Desluce ya mi rostro soñador
al ver marchar mis esperanzas.
Acurrucado detrás de tu cobijo,
azotado por la lluvia amenazante
que se pasea dulce, inmensa.
Por los largos caminos, te persigo.
Manuel Lamprea Ramírez
En tu línea, Manu, es decir, excelente. Sigue experimentando, hijo, que de eso se trata... Y recuerda: diviértete ante todo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
ENORME Manuel, hijo. Estilo inconfundible, ritmo cada vez más logrado y esa última estrofa...
ResponderEliminarManu sigue así no cambies porque es preciosa.
ResponderEliminarIris :)