Ignoro por qué no respondo,
¿qué hacer ante mi duda?
Si volver a mirarte
o a escribirte con mi pluma.
¿Por qué, cuando lloro,
impone su ley tu torrente?
¿Quieres que tiemble ante el rostro
de este río de caudal tan imponente?
Ya no vuelvo a la “plazuela”,
rodeada de gorriones emplumados.
No volveré a la callejuela
a ver tus ojos enamorados.
Lecho del río que testifica mi muerte,
ayúdame a superar mi desdicha.
Junto a este dios por implorarte,
Junto a este dios por implorarte,
antes de besarte, joven chiquilla.
De la mente nace mi temor,
De la mente nace mi temor,
esperando al vierto que empujara
mi cuerpo inerte y sin amor.
Que mi alma y vida despejara.
Tengo fe en mis temores
y fe en mi pasión para quererte.
La bravura incansable de tus aguas
hace imposible escapar de mi muerte.
Manuel Lamprea Ramírez
Buena, Manu. Se te ve perfectamente cómo tu estilo se contagia del barroquismo más feroz. Sigue experimentando y lee mucho. Sobre todo, lee.
ResponderEliminarBuen Poema, Manu. Muy típico del romanticismo eso del suicidio por amor. ¡Jóvenes enamorados, si os váis a suicidar por amor, vale, pero a las 11, en casa, je!
ResponderEliminarSigue explorando, Manu. Felicidades.
Me encanta
ResponderEliminarsigue asi
Patrii:)
JaaJaa! Perfecto Manu me encanta sigue así tio que iras muy bien.. :) !
EliminarMaestro aqui en el texto que a echo Manu hay un fallo que en vez de poner viento abeis puesto vierto..!