(De una novela inédita)
Aún recuerdo, en unas de las partes
más escondidas de mi mente, el olor a pan recién hecho o de los
dulces de mi madre. Cómo los colocaba cuidadosamente en esas
bandejas con decoraciones que a mí me encantaban contemplar, esos
días lluviosos en los que preparaba leche caliente con azúcar de
caña y miel de amapola (teníamos un jardín completo de estas
flores y, en un gran árbol, colgaba una colmena de la que mi madre
obtenía esta miel).
Mientras
cocinaba tranquilamente, me preguntaba cómo me había ido el día o
me contaba anécdotas de sus viajes por toda Asia. Me encantaba todo
de ella, su vida, su manera de cocinar: todo sobre ella me
entusiasmaba. De eso han pasado sólo unos años y me he dado cuanta
de cómo la vida puede girar completamente. Padre no ha vuelto a ser
el mismo desde que madre no superó aquel invierno, y yo me paso los
días sentada en la mesa de la cocina donde ella se pasaba horas y
horas. Intento volver a verla imaginármela haciendo pasteles o su
aroma a menta y jazmín. En realidad, en esta casa ha cambiado todo. Ella era la que le daba vida a todo esto, la que nos hacía reír. Padre no ha vuelto a reír desde entonces. Yo lo hago algunas veces,
pero casi nunca. Me da pena recordar los últimos momentos que pasé
con ella, pero intento quedarme con todos los buenos ratos. Me gusta
hablar de ella con padre para así no olvidarla, pero él me rehuye. Sé lo mal que se siente desde años, pero no podemos quedarnos en
él: tenemos que seguir hacia adelante. Eso sería lo que ella
hubiera querido.
Estoy intentando seguir sus pasos. Le he propuesto a padre hacer el viaje por Asia, alojarnos donde ella
lo hizo… Me gustaría tanto poder hacerlo. Así sé que a los
lugares donde vaya o en los que estaré, tendré en cuenta de que ella ha visto lo
que yo. Y esa sensación quiero tenerla, quiero aferrarme a esa
ilusió, que dentro de poco podré ver cumplida.
Gema Cantero Lerma.
Magnífico, Gema. Queremos la continuación. ¡Yaaaa! Besos.
ResponderEliminarNo me queda más que descubrirme no sólo ante tanta precocidad, sino ante tanta soltura y capacidad a la hora de describir sentidos, sentimientos, emociones...
ResponderEliminarGrande Gema.